jueves, 11 de octubre de 2007

No robaras!




La bambucicleta se aggiorna a los tiempos que corren. No me refiero simplemente a la creciente cantidad de robos, amenaza que nos invade cada vez que debemos dejar estacionada la bici en un lugar público. También me refiero a esa tendencia general que hay en la sociedad de exprimir al máximo cada segundo, y hacer la mayor cantidad de actividades posibles en un día. "estoy a full !!!" les gusta decir a muchos, asumiendo que tener toda la agenda completa y no disponer de tiempo para hacer algo extra es sinónimo de bienestar y éxito. Lo curioso es que muchas veces esas mismas personas (a veces yo soy uno de ellos) son las que padecen trastornos de ansiedad, andan estresadas y no duermen por las noches. Los nuevos parámetros para la vida moderna trajeron aparejados un extenso número de consecuencias negativas, y valdría la pena analizar estas cuestiones de manera extensa en otro momento. Por hoy, mejor retomar el asunto de la seguridad en el marco de la vida urbana, con sus infinitas actividades a ser desarrolladas en un limitado y cada vez más preciado tiempo. Cualquier día normal, por relajado que sea, le depara a uno un cierto número de trámites o actividades. La mayoría de las veces se trata solo de dirigirse a un lugar, demorar unos minutitos y salir. Todavía me rio de esos días en que iba a hacer esa "agendita" de tramites en auto. El microcentro rosarino no logra enfermar tanto como Capital Federal, pero alcanza para enloquecer a cualquiera. Muy lindo tener un autito, ese gran símbolo del capitalismo que es tan confortable como ineficiente. Pero en tales casos solo se transforma en 1500 kg de problemas. Imposible desplazarse en los habituales embotellamientos, y cuando llegamos a destino nos desesperamos al ver que no existe un lugar físico en donde dejar nuestra querida mole de chapa. Si encima los destinos agendados para ese día son varios, el calvario es inevitable. La bici logro alivianarme la situación. Fluye con delicadeza entre los toscos automóviles que parecen arrastrarse sobre el hirviente pavimento. Es una sensación muy reconfortante, ver como el pelado encolerizado que golpea la bocina desde su auto queda atrás luego de unas simples pedaleadas. El punto cuestionable de todo el asunto surge cuando uno debe detenerse. Como bien decía antes, la mayoría de las veces son paradas que demandan un par de minutos. Y es debido a esas paradas que uno tiene que hacer todo el procedimiento completo de la linga de seguridad. Desenrollarla, abrir candado, pasarla por donde corresponde, etc... los dedos tal vez se ensucien, en una posición casi siempre incomoda. Viendo todo eso, me pareció correcto instalarle un dispositivo de seguridad que sea más adecuado para esas paradas cortas. Es bien sabido que en la mayoría de los robos el ladrón huye montado en la bicicleta. Entonces, para entorpecerle la tarea se me ocurrió instalarle una suerte de traba-dirección.


Mediante el simple giro de una llave ubicada en la columna de dirección uno puede bloquearla, impidiendo así que cualquier oportunista pueda escaparse en ella. Es rápido, sencillo e higiénico, tres adjetivos que deseaba para mi sistema. Así, las paradas rápidas pueden serlo realmente. Obviamente sigo llevando mi linga, para poder amarrar la bicicleta a algún punto fijo en caso de ser necesario. Pero para la mayora de las situaciones con el bloqueo de dirección alcanza. No me imagino quien puede ser tan cabeza de tacho como para escapar con la bici de bambú al hombro, pudiendo ser tan fácilmente alcanzado. Hasta creo que es un complemento muy disuasivo para el robo. Cuando un ladrón rompe el candado ya puede considerar que el robo es un éxito, pero ¿cómo llevarse una bici con la rueda delantera cruzada? Mi abuelo opinaba que seria mejor, en lugar de trabar la rueda de manera cruzada, hacerlo en dirección recta. Es que creo que le da placer el solo hecho de imaginar al indigno ladrón pegándose un terrible porrazo contra el suelo, al tratar de girar en su loca carrera por escapar. Seria una escena graciosa, pero al menos por ahora no voy a darle el gusto.

PS: después voy a subir algunas fotos. ·Es que estoy esperando que salga un poco el sol, desde hace varios dias ya.

martes, 4 de septiembre de 2007

Hay alerta meteorológico, dicen que puede venir la pedrada otra vez!


Hoy ante la inminente llegada de una tormenta a los cielos de Rosario, pude ver ciertos comportamientos que nunca había visto por estas zonas. Apenas se levantó el primer vientito la gente ya había entrado en un estado casi de pánico. Todos con el paso apurado buscando llegar pronto a refugio, o imaginando donde podían protegerse en caso de que lo peor suceda. Para colmo, los del servicio meteorológico ya no escatiman el "Alerta meteorológico con probable caída de granizo" a la hora de anunciar sus pronósticos. Pero esto no es algo tan extraño, teniendo en cuenta los antecedentes que hay en los últimos tiempos en esta región. Ya son varias las veces que el granizo destructor nos sorprendió, en especial aquel memorable 15 de noviembre cuando gran parte de la ciudad literalmente fue destrozada por una lluvia de meteoros del tamaño de un puño. Quién hubiera pensado que los anuncios de los científicos hace unos años eran ciertos? Al parecer hemos subestimado el efecto nocivo que produce en el planeta las acciones negligentes del Hombre. Lamentablemente este es el momento histórico en el que nos estamos percatando todos de eso, a fuerza de cambios bruscos y a veces catastróficos en nuestros ecosistemas. Porque cuando no es granizo es una crecida arrasadora, o una sequía calcinante, o interminables períodos de lluvia...
Ante tanta evidencia del daño que ya provocamos, y viendo el futuro desolador que nos espera en pocos años, que hacer? Ya esta mas que probado y justificado que de seguir con este rumbo de vida, a la humanidad le espera un futuro inmediato muy desolador. No quiero sonar catastrofista, ojo. No nos vamos a extinguir, los seres humanos por suerte somos bastante ingeniosos a la hora de sobrevivir. Pero es inevitable que hayan grandes migraciones en busca de recursos y de lugares aptos para habitar. Las ciudades son costeras en su mayoría, y las aguas van a subir. Si ahora hay guerras por un poco de petróleo, que no es una necesidad vital, imaginemos como viene la mano cuando ya no se consiga agua o tierras fértiles como se hace en la actualidad.
Los científicos y los instruídos en el tema coinciden en que hay que hacer un cambio completo de paradigmas. Ya no somos sólo habitantes de un mundo inmenso e inagotable. También somos los que podemos dañarlo al punto de estar dejándolo agonizando.
Lo mas sensato es que pensemos en función de eso. Nuestras costumbres y actos juegan un gran papel en todo esto, mas allá que los verdaderos hijos de puta sean los mas codiciosos que contaminan ríos y talan selvas enteras. Pongamos por ejemplo el caso de los autos. Nadie niega que son confortables, útiles, veloces, etc. Pero hay situaciones inapropiadas para su uso en donde igual insistimos con manejarlos. En capital federal practicamente todos los vehículos que se empujan día tras día en los desquiciantes embotellamientos llevan solo a una persona. Mil kg de chapa para mover a solo 80 kg de estresada humanidad. Eso implica gastar mas energía y de manera mucho mas ineficiente... No tiene sentido despilfarrar recursos cuando estamos hablando de que ya metimos bastante la pata y va a ser difícil arreglarlo. Yo también por eso me hice la bambucicleta: para poder usarla cuando es mas conveniente que el auto. Y que bien que me vino porque el trafico en la ciudad ya plantea una odisea imposible. Pero ese es tema que mejor ni entrar en detalle ahora, porque da para analizarlo ...el trafico en las calles esta colapsado.
Por ahora lo mejor seria ir entendiendo, al menos ir mentalizandose, que da para ser eficientes. Da para cuidar lo que nos va quedando, y tratar de mejorarlo, porque nuestro hospitalario planeta esta quedando bastante arruinado.


(para hacer una bici de metal hay que explotar mucha cantera desde un principio para después de un largo proceso poder obtener ya sea el acero o el aluminio. La mayor parte del material que conforma mi bici fue cosechado de tallos que luego volverán a crecer)

sábado, 1 de septiembre de 2007

Y que puedo esperar del que escribe?

Todos necesitamos en mayor o menor medida un lugar donde poder depositar y ordenar nuestros pensamientos. No seré el primero ni el último que se percate de cuan versátil para esto puede ser un Blog. Quiero partir desde la idea de que nadie está obligado a leerlo, por lo que espero que me disculpen aquellos a quienes mi forma de escribir o de pensar no les caiga bien. Simplemente busco volcar mis pensamientos de alguna manera que aun no tengo decidida para poder descongestionar un poco la cabeza. Los adeptos a la terapia cognitiva dirían que escribir ayuda. Además, voy a mostrar un poco acerca del proyecto en el que estoy trabajando. Mi superbicicleta chopper hiperpancha reclinada livianita pero dura como caña... mi bici de bambú.
La idea de hacerme una bici me había venido en verano. Hacia mucho que no andaba en bicicleta, y una tarde que alquilamos con mi novia unas en la playa, descubrí que había olvidado el placer de andar solo para pasear. Así que razoné que si en esas playeras oxidadas y ruidosas podía disfrutar tanto, que debería esperar de una bicicleta que fuera confortable y bien preparada?
La cuestión es que me puse a estudiar bien el tema. Tenia que ser una bici por sobre todo cómoda, para que pasear fuera placentero. Pero también quise que tuviera una posición de manejo adecuada con respecto al trafico urbano. Me refiero a frenar en los semáforos y esas cosas. También daba para que fuera livianita al usarla. Y también era necesario que tuviera suficiente resistencia, cosa de que si hay que meterse por la tierra esquivando porquerías se la aguantara bien; todos sabemos lo rotosas que están las calles. Por otro lado ya hacia un tiempo que venia estudiando asombrado las propiedades y características del bambú. Ahora se esta poniendo de moda para la decoración de las casas de arquitectura minimalista, pero además de eso tiene unas propiedades mecánicas sobresalientes. Así que decidí hacerla en bambú. Ya luego vi algunas en Internet, que siempre está presente a la hora de frustrarnos los sueños de inventor. La cuestión es que haciéndola con bambú pude darle algo de identidad a la bici. Y además el andar es mucho mas amortiguado, y es mas liviana y resistente que una de metal, por mas que el sentido común de mucha gente indique que no es así. El diseño después se lo hice acorde con la onda del bambú: manubrio medio agresivo, la horquilla bien fuerte, el cuadro relajado echado para atrás...
Quedo muy buena, y el andar es igual o incluso mas placentero de lo que esperaba. Así que los días siguientes me dedique a probarla, dar vueltas y forzarla al limite. De paso ejercitaba un poco. Pero lo mejor vino después. Si bien la bicicleta no llama a simple vista la atención, lo hace primero por la forma reclinada que tiene, y después ya de cerca y tras unos golpecitos todos se sorprenden al comprobar que es de bambú. Lo fantástico es que todos se emocionan. Parecería que el hecho de que se puedan fabricar bicicletas con algo tan inesperado como la caña es una metáfora que ampara a los espíritus soñadores. Y aquellos creativos que tal vez luego se apelmazaron parecen renacer cuando la ven, como recordando los proyectos que alguna vez tuvieron y que los miedos o la pereza postergaron. Estos días me cruce con muchos personajes muy particulares, y por eso me surgió la idea de los "diarios de bambucicleta". Si, como la película del Che, pero yo no tengo la pinta del actor protagonista. Voy a ir posteando las cosas que me parezcan dignas de contar, lo que no implica que realmente capten la atención de alguien más. Espero que si.