martes, 9 de noviembre de 2010

Aprieto Enter? parte 2: la sensacion agradable.

El otro día en el texto anterior de este blog, me enroscaba tratando de clarificar los orígenes y motivos de esa sensación desagradable que de tanto en tanto me invade por dentro y me bloquea.
Hoy sigo andando, tras la búsqueda de esa otra sensación que tan bien puedo identificar muchas veces, y que seguramente muchos conozcan de qué se trata, pues se repite bastante seguido si uno anda por el camino "correcto".

Es un cosquilleo por dentro, un estremecimiento que físicamente se manifiesta poniéndome la piel de gallina. Su llegada repentina es como la de una brisa, súbita y efímera como un suspiro, provocándome un bienestar interior, una suave y clara sensación de alegría, de felicidad por existir, de formar parte importante de algo que todo lo abarca.

Hay muchas circunstancias en las que me di cuenta de que esta sensación de frescura que me susurra el espíritu es más propensa a aparecer. Es en los momentos de contemplación absoluta del entorno, como recuerdo haberla sentido una cálida noche de verano en una playa solitaria, sentado frente al mar, con los ojos cerrados y tratando de impregnar mis sentidos con el olor salado y el murmullo de las olas, mientras las estrellas infinitas bañaban mi cuerpo, mientras esa constante brisa marina susurraba a mis oídos y secaba mi piel. Era una de las primeras veces que finalmente podía sentirme en armonía conmigo mismo, dentro de un mundo que hasta entonces se me hacia la mayoría del tiempo como un lugar frio y hostil. Era la sensación de sentirme parte de un todo, sin barreras ni divisiones, por más que sólo fuera una sensación metafísica casi inexplicable.

Otras tantas veces volví a sentir esa sensación agradable, y en circunstancias aparentemente diferentes. Trato siempre de encontrar el parámetro que se repite, para poder entender cuáles son esos factores que la hacen más propensa a que se vuelva a presentar. Por ejemplo estando en la cancha de Central, alentando en los segundos previos a que el equipo ingresara al estadio. La gran bandera azul y amarilla enrollada en la parte superior de la popular, y de pronto entre todos empezábamos a bajarla, cubriendo como un manto toda la tribuna. Era como si nadie la tocara, simplemente la inmensa bandera se iba desenrollando y desplegando sobre toda la superficie, moviéndose como en oleadas, cubriéndonos a todos los que desde abajo agitábamos como locos con los brazos en alto, cantando y gritando para ver a nuestro equipo motivado. Esa bandera era inmensa, y parecía cobrar vida propia. Nadie la hacía bajar, nadie la tocaba, pero la energía de todos la hacía mover con una fuerza inigualable, con una presencia que impactaba y conmovía. Ver a Central salir a la cancha en esas noches de futbol era sublime, me estremecía por dentro esa sensación de estar todos empujando para el mismo lado. La popular repleta con gente de tantos sectores sociales, unidos por una misma pasión sin sentido ni explicación. Yo esquivaba ir a la platea: era mas cómodo y el Ale me conseguía entrada, pero ahí los plateítas solían ser viejos quejosos que poco alentaban e incluso criticaban a gritos a aquellos pobres carrileros por derecha tan rústicos y pataduras que supimos tener. A mí me gustaba sentir la fuerza de la hinchada, el grito compartido y unificado entre todos, en esas canciones que hacían hervir el estadio. Me gustaba llevar bolsas de papelitos, con paquetitos cuidadosamente preparados el día anterior, para poder repartir entre los concurrentes, y así teñir el cielo de blanco cuando el equipo ingresara. Me embriagaba esa sensación de ser todos uno solo, alentando y empujando por algo, por más que sólo fueran 11 monos corriendo atrás de una pelota. El equipo de Don Ángel Zof que entraba y el estadio temblaba, los gritos de todos unidos en un único canto ensordecedor, y la furia de los petardos, bengalas y papelitos transformaban ese estadio de futbol en un espectáculo inexplicable y estremecedor. Pienso en esa canción y me vuelve la piel de gallina, la que más me gustaba escuchar y cantar hasta quedar afónico, cuando el equipo salía a la cancha: "central, mi buen amigo! esta campaña volveremo a estar contigo! te alentaremooo de corazooon , esta e tu hinchada que te quiere ver campeooon... no me importa lo que digaaaan, lo leproso y los demaaaaaa, yo te sigo a todas parteeeee, cada vez te quiero maaaaas! vamoooooo"

Pero el tiempo fue pasando, y mi enamoramiento por la pasión futbolera, por la fuerza colectiva de la hinchada se fue desgastando. En realidad siempre se mantuvo, pero mi racionalismo empezó a notar que nuestras conquistas colectivas no repercutían prácticamente en la vida cotidiana. Podíamos ser la hinchada que mas alentaba, la más colorida e ingeniosa, pero eso poco ayudaba a cambiar la triste realidad de la mayoría, que día a día se tenía que volver a enfrentar con los mismos problemas. El futbol empezó a demostrarme ser un desvío, una diversión que sólo alejaba momentáneamente las penas mundanas, pero que estas seguían ahí cuando el partido terminaba. Me fui alejando de a poco de esa movida, que ahora recuerdo como un detalle pintoresco de un periodo adolescente plagado de búsquedas apasionadas, tratando inconscientemente de encontrar esa sensación estremecedora de bienestar de la que hablaba al principio.

Lo curioso es que desde ese sano (e inefectivo) placer de ser hincha de futbol, recuerdo haber pasado a una etapa bastante turbia y negligente en mi vida. Hubo etapas entre medio, pero acá trato de ir saltando entre los escalones en los que yo creía encontrar esa sensación placentera, esa luz interna que brillaba en ciertos momentos de comunión en los que me sentía parte de un Todo inmenso y poderoso que me uniera con alguien, con la gente, con el entorno, de una manera profunda y genuina.

Puede sonar absurdo, pero en ese periodo siguiente, creí encontrar esas sensaciones cuando empecé a asistir con cierta regularidad a las fiestas "rave" de música electrónica. No quisiera detenerme mucho a explicar cuáles fueron los motivos que me sumergieron en ese mundito oscuro y ruidoso, decorado con flashes, luces y pastillas de colores. Era el culto al PLUR: peace, love, unity and respect; en donde la generosidad y la fraternidad entre los clubbers asistentes a las fiestas eran moneda corriente.
Yo estaba habituado a que los boliches de música eran lugares en donde la mayoría eran borrachos violentos que iban empujando e intentando levantar minitas con actitud cavernícola, y de pronto me encontraba en estas fiestas rave en donde el objetivo colectivo era que todos pudieran disfrutar de manera grupal de las sensaciones psicodélicas que ahí se generaban, haciendo incluso esfuerzos para ver feliz al de al lado. Todo se compartía, porque todos sabían del efecto agradable que producía cada acto de generosidad, potenciados por la música de sonidos hipnóticos tribales y por las drogas sintéticas que emulaban ser MDMA.
En esa época de ingenuidades y curiosidad existencial hice muchos amigos "de la noche", que compartían conmigo esos confusos deseos de encontrarse a sí mismos a través de cualquier camino alternativo, incluso éstos en donde las neuronas y la billetera se te iban esfumando noche tras noche, dejándote un sabor pastoso y seco en la boca al otro día. De esos amigos, conservo algunos con quienes todavía comparto una estrecha relación, afianzada por haber vivido juntos esa época de vulnerabilidades espirituales dibujadas y retocadas artificialmente.

Hoy que veo las cosas un poquitito más claras, antes de pasar a la etapa siguiente, me creo abierto a mostrar una carta, que le mande a uno de esos amigos que aún conservo, tratando de explicarle en ese momento una situación un poco perturbadora que había vivido previamente. Sé que si la releo me voy a sentir avergonzado profundamente por haber sido y pensado así en alguna época, pero voy a darle enter, total el Gran Hermano ya todo lo sabe. Igualmente recomiendo saltear la lectura de esta parte (si es que aguantaste leer hasta acá), es realmente avergonzante visto desde la óptica actual.

Cuanto de cierto hay en eso de que las experiencias del pasado definen tu personalidad y tu manera de pensar...no diría determinantemente, pero que dejan marcas fuertes, las dejan.
Te acordaras anoche en la fiesta (bah, en realidad sería mejor decir "te voy a recordar") cuando estábamos en el medio de la pista con Cintia bailando un rato. Te dije en un momento "a mí ya me está limando eso, no se a vos", señalando de reojo a tu novia. Por ahí ahora te acuerdes. Ella estaba bailando re divertida, relajada y hasta de manera muy sensual (perdona que lo diga, no lo tomes como una intromisión o una falta de respeto, además ese modo de bailar es en cierta medida importante a la hora de narrar la situación) con un flaquito (o chaboncito para vos) que tomaba speed con vodka y tenía una pinta de pasado de merca terrible. Es más, cabe aclarar que a lo mejor era tu amigo y era un tipazo, pero yo solo cuento lo que vi y sentí. La cuestión es que bailaban muy acaramelados; ella porque estaba divirtiéndose, disfrutando de cada movimiento al compás de la música, dejándose llevar el cuerpo por el latir de los graves que exclamaban los parlantes. En cambio él parecía que lo estaba haciendo porque se creía que iba a sacar algo a cambio. Seamos sinceros, cuando uno está pasado de escabio solo piensa en que a la mina que te baila con la boca cerca adelante tal vez le puedas robar un beso, después de tanto roce y sonrisas cómplices, más allá de que el novio este ahí cerca... es más, por ahí piensa "este empastelado ni a palos que se da cuenta, mira la cara de salame drogado que tiene. Estos que toman pastillas son todos unos blanditos que se creen que todo es paz y amor, mira como le cago la mina por gil... después, una meadita un saque y una birra (jaja esa última frase la escuche una vez en una fiesta de boca de unos cabezas merqueros, me causo tanta risa que cada tanto la repito).
Me creí malpensado después, como muy mambero... Si el flaco era un pasado de rosca que estaba flasheándola que era Brad Pitt y creía que tu chica le iba a dar bola problema de él. Total, cualquier mente coherente, por mas llena de químicos que este en el momento, daría por sentado que si el chaboncito le tiraba un beso o se propasaba un poco, tu novia lo iba a frenar al toque. Si, efectivamente, que mambero que fui, como voy a pensar eso? Acaso a alguien sería tan perdedor como para que le pasara algo así?
Año 2004. Primer Southfest. Te acordaras, probablemente fuiste. Tocaban Roni Size, Sasha, Howells, Zuker, Martín García, o era Cattaneo? bah, que me importa cual era, no viene al caso (además tocaban lo mismo, como para no confundirlos al recordarlos). Yo en esa época andaba en medio de una historia de amor un poco rebuscada. El comienzo fue típico: ella amiga de la facu, nos conocimos estando los 2 de novios. Obviamente, como todo ingrediente de un enamoramiento, el primer día que la vi quede flasheado. Sinceramente no sé si contar con detalle cómo se fue gestando la historia. Quedaría muy largo, pero a la vez fue una historia tan llena de sucesos narrables, que pareciera como que ninguno se podría dejar de lado para entender en que "estado" llegue a esa fiesta. En términos generales podría decirse que yo me fui enamorando a partir del día en que la conocí. Fuimos amigos durante un tiempo maravilloso. Éramos como culo y calzón. Mira que yo fui de tener "mejores amigas", de enamorarme, de encarármelas después y todo el rollo ese. Típico de adolescente. Pero esto era distinto, sinceramente yo sentía que había algo distinto entre nosotros. Podíamos estar 24 hs al día juntos, 7 días a la semana, y no dejar de divertirnos. Es más, si un día no nos veíamos, nos extrañábamos.
Ahí tuve que hacer una pausa para pensar... punto y aparte. Mientras más trato de resumir con algún término general las cosas que fueron sucediendo y que determinaron mi carga emotiva, más voy recordando situaciones. Puta madre, no me acordaba que había tanta porquería guardada. Si hasta tengo que ir ordenando las imágenes cronológicamente porque no recuerdo de entrada en qué orden sucedieron. Si las ordeno de ciertas maneras me hacen quedar como un idiota. Si las ordeno de otras quedo como alguien que tuvo mala suerte con la mina que le toco. Espero que sea lo segundo.
Sí, creo que ya ordene la serie cronológica de sucesos... Lo gracioso es que no se puede llegar a una conclusión de si fui un pancho o no. Igual tampoco tiene mucho sentido pensarlo, es todo tan subjetivo...
Mejor me centro en lo que te pensaba contar, lo de por que la flasheé así en la fiesta con el chaboncito y tu novia, que me remitía a la southfest. En otro momento tirare toda la mierda que paso antes y después de eso (si, porque hay un después, ahí si soy un pancho al cuadrado). Entonces, te contaba, había ido a la southfest con ella y un amigo. Yo, en ese momento ya podría decirse que era algo así como "pareja" de ella. Teníamos un trato muy íntimo. Ya habíamos tenido unas semanitas de relación “mas seria” meses atrás, después nos habíamos separado. Como toda historia que uno sueña, ella volvió conmigo en el verano caluroso que separo al 2003 del 2004. Para confirmar mis "sospechas" de que algo en serio se estaba gestando, que ella finalmente me querría como novio, consolidamos todo en unas vacaciones que hicimos juntos a Merlo los dos solos. Al menos así lo entendí y lo sentí en ese momento. Si, la cosa venia en serio, y yo decidí abrir del todo mi corazón. No me arrepiento, fue una sensación muy rica en ese entonces, vos la conocerás muy bien. Por momentos las cosas se enfriaban un poco, volvíamos a ser mas amigos que novios. Bah, la única diferencia en realidad es que ella nunca usaba el término novios, pero a mí no me importaba, porque lo nuestro era más de novios que el 90% de los noviazgos que uno ve por ahí. La cuestión es que yo venía con el corazón a pleno, y vino Tiesto a tocar en Mint. Jajaja vos pensaras "como divaga este"... y bueh, es que se van juntando varios factores que hacen al total, a lo que paso la noche de la southfest, y que por como veras me quedo bastante marcado. Vino Tiesto y decidí ir con ella y un amigo de ella (que un par de años atrás había sido su novio). Esa noche fue fantástica, por todo. Era la segunda vez que me empastelaba, la primera con ella. No sucedió nada entre nosotros esa noche; yo lo entendí como que no quería volársela al flaco, y así me lo explico ella después (recordá eso y anda riéndote). Pero igual, mas allá de que no hubiera habido un beso, los dos sentimos de la misma manera lo sucedido esa noche. Serotonina empapando nuestras cabezas, recuerdo un instante en que le tome la mano para llevarla adelante. Una sensación embriagadora invadió mi cuerpo en ese momento... entro por mi mano, la mano que nos unía, y fue fluyendo poco a poco hasta llenar por completo cada rincón. Fue fabuloso, fueron apenas unos segundos, pero fue inolvidable. Y mas lo fue cuando días después, reviviendo esa noche, ella me contó con los mismos detalles lo que le sucedió en ese momento, lo mismo que a mí. No es hermoso? Y además, para retrucar, todavía la escucho diciendo "estuvo buenísimo, pero me hubiera gustado haber ido sola con vos". Cuando nos íbamos de Mint, se escuchaba en la carpa a lo lejos que Rovira ponía "in a state". Nos miramos con cara de "tendríamos que estar ahí escuchándolo" y ella me dijo "tendríamos que estar ahí bailándolo"...
Ya iras viendo como llegue a la noche de la Southfest. Tocaba Sasha, eso sí importa (no Cattaneo ni el muerto de García). Había venido con nosotros de nuevo el ex, pero no me importaba, después de sus palabras tenía la certeza de que quería estar conmigo, mas allá de que le diera cosa besarme adelante del flaco. Total, ya encontraría la situación para que estuviéramos solos los dos empastelados. Quería sentir de nuevo e incluso más aquella sensación que me invadió en la fiesta de Tiesto. Recuerdo que durante la primera mitad de la southfest no paso nada. Apenas si nos dimos un beso cuando fuimos solos a comprar un agua. Fue un beso bastante irrelevante, tuvo menos magia que una AET. Igual yo no entendí ni me vi venir nada, todavía parecía que mi sueño se estaba cumpliendo. Y si, como no se va a cumplir si los djs son absolutamente predecibles, y en cierto momento sasha puso In A State. Te acordás lo que fue eso? Y yo que ya había vivido en mi mente cientos de veces ese momento, desde la noche de Tiesto, ya sentía que casi actuaba por reflejo, como repitiendo un acto que sin quererlo había ensayado muchas veces. En la bajada del tema la serotonina ya me había abierto por completo. Me vi diciéndole un discurso conmovedor, acerca de lo que ella representaba en mi vida, de su papel, su importancia, agradeciéndole todo lo que me había hecho vivir hasta ese entonces, cosas buenas y obviamente también malas, y deseando un futuro que nos siga encontrando juntos, de cualquier manera pero juntos. El cierre del tema coincidió con nuestro abrazo, y durante un eterno instante estuvimos en silencio. Mis ojos estaban cerrados, para no distraerme y poder sentir toda esa energía que me invadía. A veces me pregunto como habrán estado los suyos...
La fiesta siguió, howells la puso al caño, y la mitzu me pego de agite. Te acordás como termino esa fiesta? la cortaron re mal, y yo estaba que me podía masticar las baldosas. Era mi tercera fiesta, nunca me había pasado de estar tan loco y sin música. Casi que creía que TENIA que seguir bailando. No tuve peor idea que irme con ella de after a Caix. En el taxi todo parecía encuadrar. El sol salía por sobre el horizonte, tenia los colores mas vivos que nunca. Jamás había visto un naranja tan naranja, ni tan bien combinado con el celeste que lo rodeaba. Era inmenso, imponente, emergiendo por sobre un río de la plata infinito que reflejaba toda su fuerza. Adentro del taxi ella al lado mío me decía que después del after se iba a dormir conmigo, en el departamento que me habían prestado. Era una mañana fresca, pero la mano que me acariciaba estaba tibia. Todo encuadraba...todo era perfecto...

En la puerta del after ella se encontró con un conocido de Rosario. Bah, por como hablaban parecía un conocido nomás. El flaco era un pancho total, pero tan pasado de merca y escabio que no paraba de hablar y batir giladas, cada vez mas cerca de ella. Yo, con toda la paz del mundo, miraba casi de reojo, no me importaba nada...
Entramos a caix, el mismo bardo de siempre, mucha gente pero bastante garcha el lugar. Ella seguía hablando más con el flaco que conmigo, y a mí sin importarme. Iban a hablar un rato nomás, bailaríamos, y yo después me iba a ir con ella. Nada lo podía arruinar. Me encontré con una conocida de rosario y me puse a hablar, comentando la fiesta y como había terminado tan de golpe, "que garrón!". Volví con ella y seguía hablando con el flaco, a la vez que bailaban. El en un momento peló la bolsita con papota y se clavo una línea ahí nomás a lo guaso, mientras en la otra mano sostenía el speed con vodka. Su baile era patético, pero él la flashearía que era Don Johnson. Un asco la verdad esa imagen, nada lo podía arruinar. Lo cuento así, en oraciones cortas, porque sinceramente fue así, pum pum pum. De pronto yo ya estaba poniéndome nervioso, y mientras fingía mirar para la pista, los seguía de reojo, estaban a 1 metro. A veces uno de reojo cree ver cosas que no suceden pero esta no fue la ocasión. Cuando gire la cabeza para desmentir lo que veía, pude ver que efectivamente ESO estaba sucediendo: El le estaba comiendo la boca... O ella a él, Que carajo importa. No podría describir nunca lo que sentí en ese momento. Creo que físicamente sentí que se cortaba mi respiración. Los músculos se me paralizaron. Mi cabeza entro en un remolino de ideas descontroladas. Todo fue muy lento, o rápido, confuso. Hablar de tiempo no tiene sentido cuando sucede algo así. Era lo más duro que me había pasado en mi vida, y me estaba sucediendo en el medio de un mambo de éxtasis. La pastilla te potencia los sentimientos, y no le recomiendo a nadie potenciar una sensación así. Que hacer? que pensar? que decir? explotar? callar? racionalizar lo irracional? intentar entender o mejor bloquear todo? escapar? No exagero con lo de "remolino de ideas descontroladas".
Punto y aparte, porque ya no hubo vuelta atrás. Me acerque y le dije que me iba. Me di vuelta y di 3 pasos, cuando sentí su mano tomando la mia... Otra vez esa mano tibia. Vi lágrimas en sus ojos, y vi que su boca comenzó a decir algo. Si hubiera dicho mínimamente algo cercano a lo que esperaba escuchar, esto hubiera sido "punto seguido", y no punto y aparte. Me salió con algo así como que era injusto al hacerla sentir culpable, porque nosotros no éramos novios. La explicación textual no la recuerdo, pero seguramente dolió mucho más, y por eso la olvide. Me di vuelta y me fui, con el poco orgullo que me quedaba. Igual ese orgullo me lo metía en el culo a cambio de que me volviera a frenar antes de bajar la escalera de ese after inmundo. Eso no paso. Voltee antes del primer escalón para ver. Entre las cabezas pude verla a lo lejos hablando otra vez con él. Parecía estar consolándola por lo sucedido, lo que haría todo caballero que quiere aprovechar la jugarreta de las lagrimas. No hacía falta mas, baje la escalera, y mientras bajaba sentía como de la misma manera que descendía paso a paso, mi vida se veía obligada a sufrir un cambio inesperado. Así nomás, arriba en el after era una persona, una vida. Afuera, todo era diferente. Solo, en Buenos Aires, ya sufriendo el bajón de la pastela, sin saber qué hacer. Realmente me sentía perdido, no era la mejor manera de comenzar de nuevo. Como un simple momento puede cambiar tanto todo? Por eso digo que hablar de "tiempo" no tiene sentido cuando sucede algo así. Recuerdo esa interminable caminata descendiendo escalón por escalón, el dia arrancaba pero todo era asqueroso.
Caminando como quien lleva una cruz abandone ese antro inmundo. El sol estaba a pleno, pero ya no brillaba como antes. Era caluroso y se sentía hostil, los rayos dolían. Los árboles que antes eran verdes y rebosantes de vida, ahora eran grises, y su sombra era fría. De más esta seguir pensando en cada sensación que recuerdo, todo se había transformado en algo que me lastimaba de alguna manera. Llegué al departamento, estaba solo. Intenté dormir entre pesadilla y pesadilla, hasta que cuando me fue imposible me vestí y me fui a retiro. Seguía solo y en silencio. Como el pasaje ya lo había comprado antes de la fiesta, ni siquiera tuve que hablar con el de la boletería. Llegué a Rosario sin haber emitido palabra desde esa última despedida, como quien aguanta la respiración mientras intenta buscar una salida, una luz en la superficie que nos permita volver a inhalar, a sentir.
Lo demás es previsible, llore varios días y tuve el peor bajón de pasti que jamás podría haber imaginado. Es que en realidad no debería catalogarlo como "bajón de pasti".
Ya por suerte paso todo. Tarde muchísimo en poder volver a abrirme, y también en poder liberar un poco esa mierda que había decidido esconder dentro de mí para no sufrir al pensarla. Pero igualmente, como cualquiera sabe, los sucesos pasados sugestionan tus pensamientos y análisis presentes. Y ahora por ahí entiendas por qué pensé eso en la situación que se dio en la fiesta de Big 1.
Sé que no era importante toda esta chorrera de oraciones para explicar esa situación irrelevante, pero todo sirvió como excusa para aprovechar y largar todo lo que tenía en la punta de la lengua...o de los dedos. No pienso releerlo, y encima tengo que cumplir en mandártelo. Decirte que lo estaba escribiendo era necesario para asegurarme que lo iba a terminar. Así que, ahí va. No es necesario que lo leas, pero de antemano te agradezco.
Abrazo.
Nico.





El tiempo siguió pasando, y yo creciendo y madurando. Mientras, seguí buscando esos motivos (aplicando toscamente la regla de Pareto) que tienden a generar esa sensación placentera que de tanto en tanto me embriaga, la que se siente como un fresco y suave estremecimiento en la piel. Entre medio hubo meses de terapia psiquiátrica, porque con toda esa negligencia superficial de ir a anestesiarme la mente a las raves había estado cavando profundo en lugares no tan convenientes de mi cabeza, y para colmo en ese proceso venia vaciando de serotonina mi cerebro. Tuve que frenar y buscar pausadamente las bases reales que me permitieran reedificarme como persona, desde cero. Estuve regando plantitas durante semanas, haciendo nada mas que pensar y pensar, acerca de como recomenzar mi vida con un proyecto con el que pudiera identificarme y sentirlo como propio, que me definiera. Sabía que ese proyecto de vida debía ir cumpliendo con ciertos parámetros que había venido comprobando hasta ahora como favorables, y adoptando otros nuevos que creía convenientes para no sentirme frustrado a mitad de camino.

Transcribo algunos Items que creía importantes a la hora de elegir ese nuevo proyecto al que dedicaría mi tiempo y mi vida:

-Debía ser de flujo ilimitado: preferí elegir un camino que me garantizara una renovación constante, sin encontrar barreras que lo detuvieran. Por eso preferí optar por algún camino que aprovechara ciertos aspectos de mi creatividad, para así garantizarme de que ese manantial de ideas fuera lo mas prolongado posible.

- Era necesario que integrara además de actividad psíquica, actividad física, labores manuales. Trabajar solo con productividad mental me terminaba siempre aturdiendo, por mas que lograra resultados convincentes. El cerebro humano está íntimamente involucrado en las conexiones nerviosas de las extremidades, en especial las manos, y es beneficioso aprovechar esa interrelación que se ha venido entramando durante millones de años en los que aprendimos a usar nuestras manos con su pulgar opuesto como herramientas.

- Debía ser tendiente a abrirme como persona espiritual, a revelar mis voces interiores más tímidas y calladas. Hasta entonces había ido encerrándome en una coraza protectora para defenderme de los dolores que podía provocarme el entorno, pero ahora entendía que ese cascarón era justamente el que me aislaba del mundo y me impedía relacionarme, comunicarme, y sentir esa sensación agradable de comunión con los demás.

- Tenía que ser funcional a las necesidades presentes y futuras de la sociedad. Estaba cansado de ver que todas mis búsquedas (como ir a la cancha a alentar a Central, como ir a extasiarme y a bailar en las raves) me provocaban un bienestar presente y efímero, pero que se desvanecía posteriormente sin dejar rastros, incluso provocando después un estado aún peor al previo. Por eso quise elegir algún camino que dejara marcado un rastro útil y funcional, que construyera algo de valor y perdurable, que pudiera servir de alguna manera para los demás. Esas acciones tenían que lograr un resultado concreto y visible, operar con un pragmatismo que en cada paso bajara a la realidad cada delirio mental que aparecía bajo las voces de la creatividad.

- Tenia que encuadrar en todos los parámetros de "sustentabilidad": ser sustentable a nivel medioambiental, para que no perjudicara en su aplicación el estado del environment. También sustentable a nivel social, para que esa actividad tendiera a mejorar de alguna manera el entramado social y mejorara la calidad de vida de la gente. Sustentable económicamente, para que encuadrara en las casi caducas reglas de la economía actual, permitiéndome subsistir con esa actividad. En realidad, que permitiera generar trabajo digno y remunerado de manera generalizada en los lugares en donde este hacía falta, y en donde tantas manos humildes y honradas están a la espera de ser llamadas. Y obviamente sustentable a nivel espiritual, para permitirme ir construyendo ese accionar sin volverme loco ni hartarme a mitad de camino, sino al contrario sintiéndome enriquecido por cada paso dado.

- Debía ser de tendientes a fomentar el modelo de generosidad. De la misma manera que uno regalaba paquetitos de papeles para tirarle al equipo cuando salía a la cancha, de la misma manera que uno compartía el agua y todo lo que tuviera en la mochila en las fiestas rave, había notado que la generosidad era uno de los factores principales a la hora de sentir esa sensación de bienestar y comunión con los demás. A uno siempre le enseñan a cuidarse y guardar sus posesiones, pero en la práctica parece ser todo lo contrario: de cualquier decisión, optando por la más generosa uno no sólo se siente más gratificado, sino que además a la larga termina recibiendo mucho más de lo que dio en un principio.

Yendo a lo concreto, en medio de mis frecuentes tormentas de ideas ansiosas tratando de decidir que hacer, fui notando 2 cosas:

1 la mayoría del tiempo se me ocurría diseños e inventos posibles de objetos de uso cotidiano que encuadraban en todos los items anteriores y que me gustaría construir, por lo que tranquilamente podría dedicarme a desarrollar prototipos de esos objetos.

2 para armar esos prototipos necesitaba contar con maquinas herramientas y conocimientos de muy variada tecnología, por lo que se me hacía muy complicado y demandante de tiempo y esfuerzos, por no decir imposible, cada vez que quería probar construir alguno de esos prototipos.


La historia siguiente es ya mas conocida, cuando empecé por la bicicleta de bambú. El objetivo no era sólo la bicicleta, que encuadraba en todo su concepto con los items anteriores de validación. El objetivo real era poder desarrollar una tecnología que me permitiera en el futuro poder construir de manera rápida y eficaz todos los prototipos de objetos que se me fueran presentando en mi cabeza, antes de que mi ansiedad los echara por tierra olvidados ante la necesidad de tanto esfuerzo y paciencia de trabajo para traerlos a la vida con las técnicas tradicionales de construcción. En síntesis, poder armar un prototipo en un par de días del objeto que fuera, antes de que mi culo inquieto se aburriera y quisiera pasar a otra idea.

Así fue que fui incursionando en el desarrollo de diferentes técnicas de trabajo con materiales compuestos, resinas y fibras, que es lo que utilizo para construir las uniones de las bambucicletas, y que me permiten en el fondo fabricar prototipos de prácticamente cualquier disparate que se me ocurra, sin importar la naturaleza ni características diferentes de los materiales a trabajar. Desde un planeador hasta un rascador de espalda.

Pero todo esto sólo es un camino hacia esa sensación de bienestar, buscando ese cosquilleo que tan rico se siente cuando me recorre todo el cuerpo, en el momento en que siento estar "haciendo lo correcto". Hay veces en que todos estos parámetros lógicos de decisión me permiten entender mis acciones de una manera mas clara. Otras, como cuando persigo esta sensación, trato de dejarme llevar también por sentimientos que no puedo analizar con mis limitadas herramientas, pero que sin embargo me inflan desde adentro y me dirigen sin mediar explicación.

La realidad de estos días es bastante clara: Las bambucicletas que fui creando son un éxito de aceptación, quizás justamente porque fueron concebidas teniendo en cuenta todos esos items y muchos más que ni recuerdo pero que ya son parte de mí. Pero mis manos para crearlas y darles vida son solo dos, y la demanda está constantemente creciendo.
Por eso me fui "asociando" con gente que comparta mi visión y mis intereses, en síntesis, con gente amiga. Con ellos quiero ir construyendo esta historia, haciendo germinar este proyecto de la manera más revolucionaria posible. No se trata sólo de bicicletas, queremos proponer un modelo de producción diferente al tradicional, que forme parte de una red alterNativa conformada por todos estos productos y servicios que se alejan del modelo industrial tradicional. Aún es difícil en estos tiempos abrirse del sistema imperante y masivo, el gran río que a todos nos lleva. Porque cada vez que queremos irnos por la tangente, nos damos cuenta que estamos solos. Creemos entonces que lo mejor es ir conformando esa red que nos vincule a aquellos que sentimos esa posibilidad de ir por otro camino, para poder trabajar en conjunto y construir con mayor complejidad y eficacia esos objetivos de vida sustentable y en armonía generosa entre nosotros y con el entorno.

En este momento estamos trabajando en toda la planificación de esa unidad productiva en donde se construirán las bambucicletas de manera masiva. No va a ser un galpón gigante con obreros adentro armando bicis contra reloj de manera fordista, sino todo lo contrario. El modelo productivo que vamos a mostrar es un cambio completo en el paradigma de trabajo, una fabrica que va a ser ejemplar y referente en el área, que demuestre a los ojos miopes de los empresarios "desarrollistas" que es posible encontrar la sustentabilidad generalizada en el trabajo y de manera disfrutable y enriquecedora para todos los participantes. Un cambio tan radical en el paradigma productivo no es sencillo, y por eso hace falta contar con actores altamente capacitados, en lo técnico pero principalmente en lo humano.

Yendo a lo concreto, estas últimas semanas estuvimos con mis principales socios y amigos, Chipo y Nino, buscando esas bases fundamentales para la construcción de esta ambiciosa obra.
El primero de los dos viajes fue a la provincia de Misiones. Ahí se encuentran los principales productores de cañas, de la especie que nosotros utilizamos para las bicicletas. El objetivo era entrar en contacto con esos productores, para eliminar a los comerciantes intermediarios y poder tratar directamente con ellos, entablando una relación de comercio justo. Además, en gran parte son comunidades indígenas que han sido expulsadas por el avance de la frontera de explotación forestal, ya que en la actualidad la provincia de Misiones ha ido perdiendo sus montes nativos y se dedica a la producción artificial de madera de pinos.
Fue un viaje relámpago, bajo la excusa de un congreso de "jóvenes emprendedores" al que nos habían invitado en la ciudad de Posadas. Embalamos nuestras bambucicletas en el colectivo, y nos mandamos de cabeza sin pensarlo.
Estando allá, con las bambucicletas como transporte y carta de presentación, fuimos recorriendo y conociendo un poco la realidad de esas regiones. Entablando algunos contactos espontáneos, mostrando el trabajo que hacíamos, "bicicletas de tacuara", logramos que un comerciante artesano de la zona nos cargara en su camioneta y nos llevara a conocer a dos comunidades indígenas de la zona. Viven bastante aislados, en el medio del monte, pero con una evidente relación de intercambio con la "civilización". Ellos dedican su tiempo para hacer artesanías, las que luego intercambian injustamente por algunas monedas o directamente por vino barato. Nuestra intención era poder iniciar el trato comercial directamente con ellos de manera justa, para poder incorporar a nuestras bicicletas unos canastos hermosos de bambú que ellos tejen, con increíble paciencia y creatividad en los diseños. Pero no es fácil entablar relación con ellos: viven a otro ritmo, y el trato que tienen con los blancos que vienen de la ciudad siempre es el mismo, ellos desconfían de que siempre los quieren abusar con el precio que les pagan, pues no tienen una real dimensión de la economía y del valor del dinero.

Ninguna de esas 2 comunidades que visitamos era lo que me imaginaba. Yo esperaba algo al estilo película, con caciques sabios y técnicas de trabajo milenarias, con conocimientos ancestrales y saberes invaluables. No sé como serán el resto de las abundantes comunidades indígenas que hay por la zona, pero estas 2 pequeñas agrupaciones eran similares en su precariedad, aunque con marcadas diferencias:

La primera que visitamos estaba asentada en la bajada de un montecito, y vivirían unas 5 familias. Contaban que habían sido movidos ante el avance de esa frontera de explotación forestal, por lo que el gobierno de turno les había dado casas de material, que ellos habían ido desmantelando con el correr de los meses para cambiar los materiales por escabio. No quedaban ni ventanas, ni marcos de puerta, nada, solo las paredes arruinadas y el techo. Resulta que los políticos oportunos, para obtener de manera sencilla los votos de esta gente para las elecciones, les llevaban constantemente comida envasada. Así, esta comunidad iba entrando en un estado de apelmazamiento, perdiendo poco a poco sus capacidades de autosustentabilidad. El paisaje estaba lleno de basura, pues todos los envases de comida y botellas se iban amontonando y quedando desparramados por el suelo. El cacique no era ese sabio imaginario, sino un borracho que apenas se podía quedar sentado a la sombra del alero de lo que quedaba en pie de la casa. Los chicos, incontables y todos muy pibitos y desnudos, correteando y jugando por entre las plantas pinchudas, a veces sangrando sin importarles nada. Había perros en cantidad, y en una se empezaron a pelear entre todos contra uno que estaba sarnoso y con espuma en la boca al estilo rabioso. Era un estado de anarquía total, que nos dejo a nosotros con pocas esperanzas. Lo curioso es que aún viendo todos estos matices desfavorables de subdesarrollo, igualmente yo sentía una vibra positiva, de simpleza y sinceridad genuina. Quizás el punto más desfavorable era justamente, que estuvieran siendo subsidiados y estupidizados por las migajas contaminantes del sistema. No les estaban enseñando a pescar, sino que directamente les daban la comida en la boca. Jugamos un rato con los chicos, que se volvieron locos con nuestras bicicletas y que de a docenas se subían todos juntos para tratar de pedalearlas. Las artesanías que hacían los mayores eran bien feas y desprolijas: se ve que al darles la comida los políticos, ellos no tienen la necesidad de trabajar y mejorar sus técnicas, sino que simplemente se dejan estar.

La segunda comunidad que visitamos fue un poco más valorable. Ellos debían subsistir por sus propios medios, por lo que contaban con cabritos y distintos animales de cría, y además eran extremadamente prolijos en sus artesanías. Con paciencia iban tejiendo a la sombra de sus chozas de barro y paja los canastos que después cambiarían por vinito o algún billete. El rancho principal tenia antena, piso de tierra pero con TV, y la cumbia de fondo sonando alegre. El cacique era un flaco bastante joven y mas despierto que el borracho de la primer comunidad, y andaba con unas zapatillas nike shox de última generación. Igualmente, la comunicación siempre era muy difícil, las conversaciones se extendían entre silencios y ausencias por interminables minutos, y fue poco lo que pudimos sacar en concreto. Iniciamos el contacto, y aprendimos mucho de esas costumbres, pero evidentemente tendríamos que ir tejiendo con un entramado mas fino y cerrado los siguientes pasos. Llegar a las bases es posible, pero trabajar con ellas implica una relación más estrecha y de largo esfuerzo. Volvimos a Rosario, intentando digerir tanta información para que fuera asimilada, y sabiendo que vamos por el camino correcto.

Un par de semanas después, luego de terminar de cumplir con unos compromisos comerciales pendientes, ya que le adeudábamos unas bambucicletas a un cliente de Capital, pudimos desligarnos de su nociva relación y seguir encarando la construcción del proyecto principal, el de la fábrica ejemplar que va a ser referente como modelo productivo sustentable. Como nota mental para mí mismo, queda bien claro que ninguna relación comercial vale la pena, cuando uno tiene que tratar con esa clase de clientes manipuladores que demandan de manera egoísta todos los recursos posibles y para colmo dan menos de lo que prometieron a cambio. Este caso del ventajero molesto me dejó un asqueroso sabor de boca, porque nos hizo la vida imposible quejándose todo el tiempo por la demora que tuvimos para entregarle las bambucicletas que aún ni siquiera ha terminado de pagar en su totalidad, y que tanto fue regateando el precio. Creo que nunca entendió que son bicicletas artesanales, hechas a mano, con mucho esfuerzo y dedicación, y que cada una demanda incontables horas de trabajo especializado. Yo ya había percibido una vibra muy perniciosa desde un principio en este mercader fenicio llorón, pero aceptamos el trato comercial porque necesitábamos recursos para seguir llevando adelante el proyecto. Es que a este emprendimiento lo estamos construyendo a pulmón y sin ayuda de capitales de nadie salvo la familia y amigos, remando y remando con lo poco que hay disponible y que se puede ir consiguiendo.
Por suerte esa relación comercial enfermiza terminó, y pudimos seguir adelante en el siguiente paso. Para poder encarar la construcción de una fábrica de tal magnitud como la planificada, debemos empezar a sumar los actores especializados en cada área pertinente, arquitectos, ingenieros, proveedores de materias primas naturales, constructores...todos que encuadren en ese perfil de gente simple y generosa, con valores humanos firmes y acordes a los nuestros.

Es por eso que encaramos sin pensarlo hacia Córdoba, región en donde desde hace algunos años se está gestando todo un movimiento cultural de construcción natural, en diferentes pueblitos de montaña, en donde se congregan actores con diferentes conocimientos técnicos, que de manera empírica van plasmando este tipo de construcciones y probando distintas técnicas para la edificación de obras arquitectónicas de variadísima naturaleza. La intención con la que fuimos fue para ir conformando ese grupo de actores que van a formar parte de la planificación y edificación de esa fábrica de ensueños. Buscar convocar a esos referentes en sus respectivas áreas de trabajo para que se sumen a esta gran obra colectiva que queremos llevar adelante. De paso, visitar ciertas construcciones existentes para inspirarnos y tomar ideas que podamos tomar como parámetro para la construcción de la fábrica.

Nuestro punto de encuentro, nuestro nexo con toda esta movida alterNativa, fue a través de Fede, gran amigo cordobés que conocí hace unos años en un curso de construcción con bambu del Arq. Saleme (quien estaria a cargo del diseño de esta fabrica) en el ecobarrio Villa Sol de Salsipuedes, pueblito cerca de Córdoba capital. Su hospitalidad y la de su papá Adrian, además de sus amplísimos conocimientos y su predisposición para sumar y aportar, hicieron que el corto viaje se transformara en una catarata de información invaluable que aún estamos decantando y acomodando. Largas horas durante el día, entre mate y bizcochitos, o caminando entre construcciones, fueron la base intelectual para ir imaginando el futuro de este proyecto, y bajando a tierra en acciones concretas los pasos siguientes, para no quedarnos volando en la tormenta de ideas. En esas reuniones pude sentir muchas veces esa sensación que me eriza la piel, de estar actuando de manera correcta y yendo por el buen camino. Esa frescura que recorre el cuerpo cuando uno siente que está haciendo algo bueno para todos, y que es justamente el hecho de hacerlo entre todos de manera grupal y cooperativa lo que genera el bienestar. Construir colectivamente y de manera generosa, pues el resultado es beneficioso para todos. Es cierto que estamos andando por caminos no tan transitados en estos tiempos egoístas y desenfrenados, pero es evidente que estamos haciéndolo de manera correcta, pues la sensación lo corrobora.
Pero tengo que confesar que también, por las noches, mientras la mente desaforada dormía producto del cansancio de tanta actividad diaria, me escapaba para reencontrarme con ella. Cuando la lógica de las ideas abstractas y los planes concretos se iban guardando, yo salía a su encuentro, para que me enseñara a sentir el presente. Buscando su contacto, mi tacto sobre su suave piel. Bailando con los ojos cerrados en su patio, buscando conectarnos en un ritmo. Jugando con mis dedos en la oscuridad a reconocer su hermoso rostro, acariciando y mirando con mis yemas su delicada figura de mujer. Sintiendo ese perfume de su cuello como una inexplicable adicción, dejándome llevar por esas oleadas de magia irrepetible pero eterna. La vi más linda de lo que la recordaba, y quise retener esos momentos de la manera mas pura posible. Con todos mis sentidos, con la mente en silencio, quise ser parte de ella y que ella lo fuera de mi, al menos un instante inolvidable. Otra vez, en medio del instinto apasionado, volví a sentir esa profunda sensación de bienestar. Esta vez no por ser parte de un Todo, sino simplemente por poder ser parte de ella, que en uno de esos efimeros pero infinitos momentos lo fue todo para mí. Entre inseparables abrazos y besos sentí que fuimos uno solo en ese entonces, olvidándome de ser yo, disolviendo mi esencia en la suya.

4 comentarios:

nacho dijo...

tenés que poner un abstract o subtítulos al texto. estando en la era twitter es dificil prestar atención a más de 140 caracteres...

Anónimo dijo...

Espectacular ¡¡¡ Muchisimas coincidencias en las formas de pensar, fue como leer el manual de instrucciones para salir del desgano e inactividad que estoy viviendo ¡¡¡ muchas gracias.

Fido de Cayuqueo

Anónimo dijo...

Todo muy lindo, pero una el precio al que decidieron lanzarlas supera no absurdamente el precio de cualquier bicibleta que supera la innovadora y ecológica opción, al igual que supera el precio de a cualquier ciclomotor y/o bicimoto.
Parece que no han sido muy bien asesorados ni han tenido mucho reparo en este detalle. Creen que la gente va a pagar el producto al irrisorio valor que lo han colocado solo por ser snob o hacerse el ecologista?
Muchachos, los felicito por la iniciativa, pero si quieren que llegue a buen puerto les sugiero revean los precios. (de costo ni hablo porque todos sabemos lo que cuesta el bambú... Saludos y felicitaciones

Anónimo dijo...

Hablando de precios, “LaBambu” como la llamo cariñosamente, la pagué lo mismo que una VAIRO con 24 cambios, o cualquiera similar.
Venía de una bici de competición, de aluminio francés, muy paqueto su nombre: Decathlon Rockrider 8.3 pero, a los 22.000 Km. se rajó en la caja pedalera y habría que haberla tirado a la basura. Ello no solo genera un problema ecológico, sino un agujero en el bolsillo.
LaBambu va por los primeros 22.500 Km. y el mes que viene pedalea 500 Km. de un saque, para trepar la mítica Ruta 40 atravesando el Abra del Acay, una hermosa vuelta partiendo desde Salta, pasando por Cachi, La Poma, Abra del Acay, San Antonio de los Cobres y Santa Rosa de Tastil (no falta santo alguno) para llegar nuevamente a Salta.
En mayo nos vamos a correr el Río Pinto.
¿Llegará?
Yo creo que sí.
Y, si así no fuera, ya se comió cruda a la francesa…
Tenemos que pensar en verde.
Amen.

matias fernandez long